Estoy viva!

dos caminos muy diferentes, que pueden cambiar la vida, no soy lesbiana pero este es mi lado fresa, el lado que todos tenemos y que en algún momento de la vida saldrá para hacernos dudar de nosotros mismos.

Tolerancia, Por último Homofobia es Gay

domingo, 18 de julio de 2010

No hay miedo

Ámame, como yo te amé un día
Siénteme, como quiero que me sientas hoy
ya no estoy tan gélida como días atrás, cuando tenía miedo a tocarte, cuando tenía miedo a besarte, porque estaba prohibido..., prohibido por el mundo, prohibido para ti, prohibido para mi, ha terminado, con tus suspiros en mi cuello, con tus brazos rodeándome, ha terminado junto con el miedo, junto con las ganas de morir, al creer que nos equivocábamos.

Ámame....
Tócame...
Siénteme...
Cállame....
que hoy no hay palabras, que no hay un mundo que puedo arruinar lo que hemos construido.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Aquel día...


Día del alumno, unos tragos sobre la mesa, la pista de baile repleta de gente, mientras tú me abrazabas en el sillón, había bebido dos tragos, y tú ya no estabas a tu cien por ciento, éramos menos que amigos, pero tus labios llamaban a los míos, necesitaba sentirlos, sentirlos cerca de mi. nos levantamos y salimos al patio, donde se encontraban los demás, la luz del sol iluminaba tu rostro, comencé a besar tu cuello despacio, para complacerte... me pediste que parara, porque se supone que no deberiamos hacer esto, pero ya no podía esperar más, eras la primera persona que besaba en una fiesta, era la primera vez que cumplía el rol de amante, amante de la persona que me gusta a unos días de conocer, necesitaba hacerlo, sentía que eras especial, no eras cualquier persona, ese día eras mi hombre. Seguí hasta tu rostro con pequeños besos, besos que me hacían sentir un eterno placer, hasta que encontré tus labios y se toparon, mi primer hombre, mi primer beso, ya no era suerte eras tú conmigo con el sol alumbrando nuestros rostros en un día que prometía ser hermoso. nos alejamos de la multitud, y nos fuimos a un costado de la casa, me apoyé en la pared y me repetías que esto no estaba bien, yo lo sabía, pero cómo parar, cómo parar cuando ya te he besado, cuando ya te he tocado, más de la cuenta, cuando he sentido al fin que tú eras para mí, quisiste hablar sabiendo que en tu estado se olvidarían pronto las palabras, y me confesaste que no eras un buen hombre, no quería creerlo, tu alegría me decía lo contrario, mi corazón se encontraba cegado, por tu mirada, por tus besos, por tus caricias inquietantes que llenaba de escalofríos mi cuerpo, que hacía sentir mi cuerpo. te tenías que ir ya era muy tarde al día siguiente había clase, habían pruebas, habían preocupaciones, y aún así no pude ocultar que no te quería dejar ir, te acompañé hasta el paradero de autobús. ¿cómo nos despediríamos? ¿de la mano? ¿con un beso en la mejilla?, me decidí y besé tus labios, nos miramos a los ojos y luego partiste. me sentí como nunca antes, pero el día siguiente llegó más rápido de lo que quise, y te pedí que habláramos me fuiste a dejar a la casa, y fui sincera, siempre lo soy, pero esta vez no debí, y susurré, "me gustas", no sentías lo mismo por mi, ¿qué podía hacer? ¿obligarte a quererme?, no... no soy de esas, sólo pienso en dejarte ir, no es la primera vez que sufro y tampoco será la última, por las anteriores no me he muerto y está no será la excepción, cuesta recordar y es que estoy dividida, por un lado fuiste el primero que me hizo sentir esto, por el otro sé que fue sólo eso. no puedo hacer nada más... nada más que ser amigos, como acordamos aquel día.

puedo verte, pero no tocarte
puedo oírte, pero no abrazarte
puedo desearte, pero no tenerte...
no eres especial, quisiera creerlo
no eres especial, quisiera aceptarlo...

jueves, 6 de mayo de 2010

Abandonada, con el invierno en los talones.


Abrí los ojos asustada cayendo en la realidad, por suerte todo había sido una sucia pesadilla. La noche acunó mi cuerpo en la oscuridad mientras el sudor corría por mi cuerpo desnudo, por entre mis pechos, por entre mis piernas, por mis mejillas. Me di la vuelta para que ella calmara mi respiración agitada, como solía hacerlo cada vez que despertaba, cada vez que me encontraba en esta situación, me abrazaba, me amaba, de una forma especial, de una manera diferente, que creó sólo para mí. Pero su lado de la cama se encontraba vacío, helado, sin rastro de su cuerpo, sólo gotas de su olor. Por la ventana podía ver los árboles sin hojas, cuerpos desnudos en un fondo oscuro, en un fondo de soledad gélida, de soledad amenazante, en la cual no me quería sumergir. Me senté en la cama mirando al vacío, ¿qué era lo que podía hacer? si la realidad era peor que mi pesadilla..., ¿qué era lo que debía hacer? si recordar, era la opción de una muerte dictada a gritos... ¿cuáles eran las opciones? si el remedio suele ser peor que la enfermedad. Los gritos brotaban de las paredes rayadas de malos momentos, los sollozos se marcaban en momentos que no se debía recordar, y mi mundo caía, caía por su ausencia, debí pensar en lo peor, en lo peor que podía pasar, pero cómo querer planear algo así cuando crees amar. Y mi sueño volvió rechazando la realidad queriendo jugar nuevamente con mi alma, que extraña, que desea, que recuerda, la ausencia de un amor que no me supo apreciar.

El viento se comenzó a inquietar, gritando en susurro lo que el cuerpo desea escuchar, el invierno comenzó a quemarse con el sol, con lo caliente del placer de cuando uno se toca, de cuando uno se toca para saciar el fuego de la mujer, se mordió los labios, me miró inquieta, sólo era un juego, sólo era su juguete, ella y yo de acuerdo, sólo ella y yo, sin querer ver consecuencias, sólo sentir placer, de sus manos jugando, recorriéndome inquietas, curiosas de nuestra vida. pero el placer colapsó, y decidiste marchar, nunca mentiste, sólo que yo omití la verdad y mi peor error fue creer que me amarías una eternidad


viernes, 16 de abril de 2010

Olor a Fresas


Corrí en silencio a su habitación y abrí la puerta sin golpearla como lo hacía antes, como lo hice anoche, la vi acostada sobre la cama, tendida, inmóvil, completamente desnuda frente a mí, clamando en silencio que me acercara y la tocara tan despacio que su piel se erizara a mi tacto, tan despacio que su respiración se agitase con cada roce. Muy despacio me comencé a acercar a ella me senté a su lado y comencé a tocarla, comencé a amarla , el aire nos envolvía, el sutil aroma a fresas, todo hacía que fuera especial, la amé con todo mi cuerpo y alma y la desee más que a cualquier otra cosa en mi vida, y hoy se deja hacerse mía, hoy es mía nuevamente, lo haré despacio, la amaré despacio, delicado.
Sus ojos se abrieron y su mirada se fijó en la mía, se levantó y comenzó a desnudarme poco a poco, haciendo que las prendas cayeran suavemente sobre el piso de madera, la falda, la blusa,el brasier, cayendo en cámara lenta, todo para quedar grabado solamente en nuestras mentes, solamente en nuestras almas.

-Te demoraste mucho -pronunció delicadamente, con esa voz dulce, dulce a fresa.

tomé su rostro entre mis manos y acerqué mis labios a los suyos, rozándolos, besándolos, acerqué su cuerpo más al mío haciendo que nuestros pechos hicieran contacto, haciendo que nuestros cuerpos comenzaran a amarse. la tomé de las muñecas y la tiré sobre la cama, admirando sus pechos, su cuerpo definido, era mi chica, era la que me hizo mujer, me subí sobre ella y acerqué mi rostro al suyo, su mirada penetrante en la mía, sus manos firmes en mis caderas, yo desnuda sobre ella, acerqué más mis labios y la besé con la misma dulzura a fresa, con el mismo aire de fresas, con el mismo sabor a fresas, del primer momento en cuanto nos dimos cuenta que el amor se escribe en un libro abierto.